En una entrada anterior, comentamos que, para salir de la crisis, además de una serie de medidas que había que tomar desde el Gobierno, era necesario un cambio de mentalidad en los agentes económicos, que les sirviese para adaptarse a los nuevos tiempos y a las nuevas circunstancias.
Este cambio de mentalidad debería
generar una reorientación en las estrategias empresariales y en las pautas de
actuación y comportamiento, de manera que nuestro sistema productivo fuera más
eficiente, dinámico y competitivo y, sobre todo, más ajustado a unos factores
estructurales que van a ser muy distintos a los del pasado: necesidad de ir
reduciendo el endeudamiento de familias y empresas, imposibilidad de
aprovecharse de posibles reducciones de tipos de interés (debido al bajo nivel
alcanzado por estos), necesidad de reducir el déficit de las Administraciones
Públicas (con la adopción subsiguiente de medidas de austeridad y, por tanto,
contractivas), creciente competencia de las economías emergentes, con bajos
costes laborales e importancia, por ello, de incidir en factores tecnológicos y
de creación de valor añadido para que nuestros productos puedan ser vendidos en
el exterior…
Pero estos cambios no son fáciles
y, de hecho, tienden a generar resistencias y a crear conflictos, de modo que
la gestión de los procesos de cambio adquiere una importancia
fundamental en los momentos actuales.
Por ello, para ilustrar este
tema, y con el fin de hacer una entrada un poco más ligera que en anteriores
ocasiones, vamos a comentar el film Moneyball:
Rompiendo las reglas, estrenado el pasado 3 de febrero en nuestro país. (Si
quieren leer un comentario estrictamente cinematográfico sobre la película, les
enlazo la entrada correspondiente en mi blog de cine: http://cineartemagazine.blogspot.com/2012/02/moneyball-rompiendo-las-reglas-y-war.html).
Igual que hicimos cuando
analizamos Margin Call, avisamos de
que en esta entrada vamos a desvelar detalles de la trama, por si prefieren
leer lo que sigue cuando ya hayan visto el film.
Moneyball: Rompiendo las reglas narra la historia de Billy Beane,
director del equipo de béisbol de los Oakland Athletics (The A’s). En la
temporada del año 2002, el club maneja un presupuesto de 40 millones de
dólares. Uno de los grandes de la liga de béisbol, como el New York Giants,
gastaba 114 millones de dólares anuales. Por ello, las posibilidades del equipo
de obtener buenos resultados estaban severamente limitadas.
En la película, durante una
visita al equipo del Cleveland Indians para concretar un fichaje, descubre que
un empleado de dicho club (Peter Brand) utiliza un complejo sistema, apoyado en
un programa informático, para detectar jugadores infravalorados: es decir,
jugadores que obtienen buenos resultados en su juego pero que, por cualquier
motivo, pueden ser fichados a bajo coste. Ello abría una vía para, gastando
menos dinero que los competidores, conseguir situarse por delante de ellos. Por
ello, Beane contrata a Brand y decide implantar sus métodos. En realidad, el
personaje de Peter Brand no existe, sino que es una invención cinematográfica
para que en un único papel quedara plasmado todo el equipo de asesores del que
se rodeó Beane para implantar el sistema descrito. Sin embargo, ello no es
relevante para lo que queremos explicar.
Aparte de las limitaciones
presupuestarias de The A’s, hay un motivo personal por el que Billy Beane se
siente atraído por este método: cuando él, cuando apenas tenía 18 años, fue fichado por los New York Mets, los
ojeadores que lo seleccionaron para el equipo vieron en él unas magníficas
posibilidades. Sin embargo, su carrera como jugador fue irregular y no obtuvo
éxitos apreciables. Ello le hizo pensar que, a la hora de fichar jugadores y
que estos se embarcaran en una carrera profesional dura y difícil, había que
guiarse por métodos objetivos y no por criterios subjetivos que tenían un alto
porcentaje de error.
El nuevo sistema es implantado en
el club y, entonces, llega el momento de anunciar los fichajes de la temporada.
Y, claro está, es la “guerra”… Beane decide fichar a David Justice (un jugador
veterano del que los técnicos piensan que ya ha pasado su mejor época), Jeremy
Giambi (hermano de una estrella del equipo que acaba de ser fichado por otro
club y del que todos piensan que su vida extradeportiva es poco adecuada) y
Scott Hatteberg (jugador que ha salido de una grave lesión, pero que podría ser
aprovechado en una posición diferente a la que ha jugado habitualmente), en
contra del criterio de todo el grupo de ojeadores y, sobre todo, del
entrenador, quien no comprende ni comparte las decisiones del directivo.
Y los primeros resultados del
equipo son catastróficos. Con lo cual a Beane se le pone en contra todo el
mundo: entrenador, técnicos, prensa… Y lo que es peor: ni los propios jugadores
creen en sus posibilidades… Para resolver la situación, tiene que romper con
algunas de sus ideas iniciales. La primera, la de pensar que el sistema va a
dar sus frutos automáticamente sin un trabajo notable de gestión. A mitad de
temporada, tendrá que traspasar a Jeremy Giambi (por su problema de actitud) y
Carlos Peña (porque el entrenador prefiere que este sea titular frente a
Hatteberg, rompiendo el esquema con que se diseñó la plantilla). La segunda, el
principio que él seguía de relacionarse lo menos posible con los jugadores. Al
final, él tiene que acostumbrarse a bajar el vestuario, explicar cuál es la
estrategia que se está siguiendo y hacer un trabajo psicológico que no esperaba
tener que hacer.
Y la cosa empieza a funcionar. En
esa temporada del año 2002, The A’s
consigue 20 victorias consecutivas en la liga de béisbol, batiendo el récord
existente de 19 victorias consecutivas y consigue el primer puesto en la
División Oeste. Además, Scott Hatteberg, uno de los fichajes más cuestionados,
juega un papel fundamental en dicho éxito.
No es mi intención afirmar que
resolver los problemas de una empresa en los tiempos actuales es igual que
afrontar las dificultades de un equipo de béisbol. Pero sí es verdad que hay
algunas lecciones que se pueden aprender de esta historia.
1.- NO SE PUEDEN ELUDIR LOS PROBLEMAS.- Si la estrategia
diseñada, el modelo de negocio desarrollado o los procedimientos empleados dan
resultados negativos, el seguir con la misma estrategia, el mismo modelo de
negocio o los mismos procedimientos sólo servirá para seguir obteniendo
resultados negativos. Parece obvio pero cuando llega la hora de aplicar este
sencillo principio, el mismo parece ser olvidado con pasmosa facilidad. Las
organizaciones, en general, y las empresas, en particular, se empeñan, muchas
veces, en no cambiar sus esquemas de actuación cuando los mismos se revelan
como incapaces de conducir al éxito. La mayoría de las veces, esto sucede
porque el fracaso se suele atribuir a cambios transitorios en el entorno, de
modo que solemos pensar que el mismo volverá a ser el de antes y las cosas
volverán a ir bien. En las circunstancias actuales, no debemos engañarnos: como
venimos explicando en este blog, dichas circunstancias han cambiado y no van a
volver a ser como fueron en el pasado. Ante ello, si las empresas no quieren
desaparecer del mercado, tendrán que adaptarse a los nuevos perfiles que el
mismo ha adquirido.
2- Importancia del LIDERAZGO.- Una vez que se llega a ser
consciente de la necesidad del cambio, es fundamental que exista un liderazgo
firme que ejecute con decisión el cambio de estrategia. Las organizaciones no
cambian por sí solas, necesitan que los máximos responsables de la misma lleven
a cabo un plan de reestructuración de las mismas y que sean las que dirijan,
gestionen y asuman el peso de las decisiones adoptadas. Sin un liderazgo de
estas características, el proceso de cambio quedaría pronto agotado y carecería
de profundidad e impacto.
3.- Importancia del RIGOR.- Los cambios no se pueden improvisar
ni experimentar. Se han de basar en un plan de acción claro y concreto, bien
reflexionado, bien diseñado y con planes de contingencia previstos para hacer
frente al incumplimiento de los objetivos marcados. Una estrategia poco
meditada resultaría más difícil de implantar porque, ante las primeras
dificultades, la misma quedaría paralizada y sin posibilidades de avance.
4.- Importancia de la CONVICCIÓN.- La dirección, en primer
lugar, tiene que creer en el nuevo planteamiento. Si hay dudas respecto sobre
el mismo, su implantación sería imposible a partir del momento en que surgiesen
las primeras dificultades y las primeras resistencias. En segundo lugar, dicha
convicción se tiene que transmitir a toda la organización, de modo que se
genere un cambio en la cultura corporativa que adapte la organización a las
nuevas circunstancias del mercado. No cabe pensar en la implantación, con
carácter permanente, de una nueva estrategia sin que la misma acabe siendo
asumida, finalmente, por todo el personal, ya que los procesos de
reestructuración han de ser limitados en
el tiempo y han de tener como fin que, lo que parece complicado de asimilar, se
convierta en la nueva “rutina” cotidiana.
5.- Importancia de la GESTIÓN.- Una vez decidido el plan de
acción, no cabe esperar que el mismo rinda frutos automáticamente. Hay que ir
vigilando su implantación, controlando desviaciones respecto a los objetivos
previstos y observar si toda la organización está asimilando los nuevos
planteamientos. Hay que estar preparado para dar los pasos necesarios en caso
de que el plan de acción no genere los resultados previstos o su implantación
sea obstaculizada por miembros de la organización.
6.- Importancia de la COMUNICACIÓN.- En todo este proceso, la
comunicación permanente de la dirección con todo el personal es un elemento
clave. Hay que explicar constantemente, en todo el proceso, qué es lo que se
quiere hacer, por qué se quiere hacer y, sobre todo, hay que recibir el feed-back de la organización para detectar
problemas, obstáculos y situaciones imprevistas a corregir.
7.- Y, como aspecto fundamental,
hay una cuestión que hay que afrontar como inevitable. Aunque lo ideal sería
que los cambios se realizaran con el acuerdo de todos los miembros de la
organización, hay que asumir que CUALQUIER
PROCESO DE CAMBIO GENERA CONFLICTOS. Hay quienes no desean cambiar ni su
actitud ni sus pautas de comportamiento, quienes están “cómodos” en una
situación negativa para la organización, pero quizás positiva para ellos,
quienes perciben que los cambios van a repercutir en una pérdida de poder para
ellos y van a poner todos los inconvenientes posibles para que los cambios
tengan lugar. Los procesos de cambio son difíciles porque siempre provocan
tensiones que la dirección tiene que gestionar APOYÁNDOSE EN QUIENES SÍ ESTÁN A FAVOR DE LOS NUEVOS PLANTEAMIENTOS.
En todo proceso de estas características, hay quien se adapta y hay quien no
puede hacerlo, hay quien sale ganando y hay quien sale perdiendo y todo ello
deviene en situaciones problemáticas. No son situaciones fáciles pero no son
situaciones que se puedan eludir. Pero lo que sería negativo para la
organización es que se acabasen imponiendo quienes son renuentes al cambio
porque piensan en sus propios intereses.
Todo lo dicho demuestra que
reorientar la marcha de una empresa no es fácil pero es, en muchas ocasiones,
la única alternativa válida. Sobre todo cuando los cambios del entorno no son
meramente coyunturales sino que son cambios que han venido para quedarse por
muchos años. El actuar o no actuar marca el límite entre el éxito o el fracaso,
al igual que le pasó a los Oakland Athletics en la temporada de 2002.
Felicitaciones Jose Manuel me ha gustado el enfoque que le has dado al tema. Pienso que es un gran aporte. Sigue adelante.
ResponderEliminarMuy buen análisis. Gracias por el aporte.
ResponderEliminarlo encuntro muy bien ya que con los avance de los tiempo todo asido remodelado y muy inovador excelente
ResponderEliminarmuy buena síntesis y análisis
ResponderEliminarSuper bueno y muy claro de entender
ResponderEliminarSuper bueno y muy claro de entender
ResponderEliminarYo tengo varias cuestiones relacionadas con el films: se puede implantar en otro equipo que no sean los Atletics de Oakland el metodo "MONEY BALL, sin contratar a Billy Beane y Peter Brand???. y la siguiente cuestión: Que optimiza su implantación en los RED SOX??.
ResponderEliminarPor cierto buen comentario, y bien desarrollado