El
pasado jueves 21 de junio, las dos auditoras independientes nombradas
por el Gobierno, Roland Berger y Oliver Wyman, hicieron públicos sus
informes sobre el sistema financiero español.
En la
página web del Banco de España, figuran enlaces a ambos informes e
información complementaria sobre los mismos:
Esta
auditoría ha consistido en la realización de un test de estrés
a todo el sistema financiero español. ¿Qué es un test de
estrés? Se trata de analizar, en términos de pérdidas y de
quebranto subsiguiente en los recursos propios de una entidad
financiera, los efectos de una situación económica negativa que
pueda producirse. Una vez cuantificados dichos efectos, se evalúa su
impacto sobre el nivel de capitalización del sistema y se comprueba
si el mismo necesita o no una inyección adicional de recursos para
restaurar el nivel de solvencia previo al acaecimiento de las
circunstancias negativas supuestas. Con ello, se mide el grado de
resistencia del sistema financiero evaluado ante una coyuntura
desfavorable.
Esta
no va a ser la única auditoría independiente a la que se va a
someter el sistema financiero español, con el fin de disipar dudas
sobre la claridad de sus cuentas. En los próximos meses, se
realizará una nueva auditoría para realizar “un contraste de los
procedimientos de estimación y anotación del deterioro de los
activos de cada grupo bancario”
(http://www.elmundo.es/elmundo/2012/05/20/economia/1337549995.html).
En
este punto, ya existe una primera salvedad que realizar sobre la
secuencia de auditorías a llevar a cabo. Resulta obvio que,
posiblemente, la que vaya a ser segunda auditoría, hubiera tenido
que ser la primera. Es decir, en primer lugar, habría que haber
comprobado si los métodos y criterios de contabilización están
siendo los correctos. Ello hubiera despejado incertidumbres sobre los
estados financieros de los bancos españoles. Posteriormente, una vez
que se hubiera dado por sentado que los números eran fiables, se
hubiera tenido que analizar el grado de resistencia de dichos bancos
ante circunstancias graves de gran calado.
Tal
como se ha hecho es como comprobar si un enfermo puede resistir una
neumonía, sin saber si lo que en realidad tiene es apendicitis.
A
partir de esta base, los resultados de los test de estrés se
pueden resumir en los siguientes puntos:
1.- Se
establece un escenario macroeconómico base y un escenario
macroeconómico adverso. Ambos escenarios se sintetizan en los
cuadros adjuntos:
(Pulse sobre la imagen si quiere verla ampliada)
Fuente: Banco de España
(Pulse sobre la imagen si quiere verla ampliada)
Fuente: Banco de España
Para
estos escenarios, frente al Programa de Evaluación del Sector
Financiero del FMI (FSAP) –
http://www.imf.org/external/np/vc/2001/022301s.htm-,
que abarca un período de dos ejercicios, se ha tenido en cuenta un
horizonte temporal de 3 años. Además, para el escenario
macroeconómico adverso, se han fijado previsiones más negativas que
las realizadas por el FMI.
2.- El
ámbito de aplicación de la auditoría va más allá del crédito a
promotores inmobiliarios, al abarcar, también, el crédito a hogares
y a empresas no financieras y no inmobiliarias. Por tanto, cubre todo
el espectro de la cartera crediticia susceptible de generar quebranto
patrimonial a los bancos.
3.-
Para Oliver Wyman, en el escenario macroeconómico base, las
necesidades de capital de la banca española estarían en una
horquilla entre 16.000 y 25.000 millones de euros. En el escenario
adverso, la horquilla estaría entre 51.000 y 62.000 millones de
euros.
4.-
Para Roland Berger, en el escenario base, las necesidades de capital
serían de 25.600 millones de euros. En el escenario adverso,
ascenderían a 51.800 millones de euros.
Es
decir, la cifra mínima a considerar sería de 16.000 millones de
euros y la máxima de 62.000 millones de euros. En cualquier caso,
por debajo de los 100.000 millones de euros, que es el importe de la
línea de crédito aprobada por el Eurogrupo para España. Por tanto,
la cuantía de esta línea de crédito sería suficiente para cubrir
las posibles necesidades de ampliación de recursos propios de los
bancos españoles.
¿Qué
podemos decir de estas auditorías? Teniendo en cuenta la primera
salvedad antes realizada, sí que habría que tener en cuenta dos
aspectos diferentes:
1.- En
primer lugar, las cantidades que manejan ambas auditorías parecen
bastante razonables. Hay que tener en cuenta que con las provisiones
ya realizadas y a las que obligan los Reales Decretos-Ley 8/2012 y
18/2012, buena parte de las pérdidas a cubrir estarían cubiertas
con las partidas contables correspondientes. Asimismo, con los
beneficios de las entidades sin problemas también se generarían
recursos adicionales para absorber los quebrantos derivados de
operaciones impagadas. De este modo, a partir de la información
disponible, todos los cálculos tienden a coincidir sobre un
intervalo similar que es en el que se mueven los informes de ambos
auditoras.
En una
entrada anterior del blog
(http://eldedoeneldato.blogspot.com.es/2012/05/y-cuando-desperto-el-problema-del.html),
comentamos que las pérdidas acumuladas del sistema financiero como
consecuencia de la actual crisis ascendían a 226.700 millones de
euros y que la cantidad necesaria para recapitalizar el sistema
estaba en torno a los 49.000 millones de euros, excluyendo el
saneamiento de Bankia.
En un
artículo de S. McCoy en www.elconfidencial.com,
que pueden ver en el siguiente enlace:
http://www.cotizalia.com/opinion/valor-anadido/2012/06/12/bailad-bailad-malditas-cifras-de-la-banca-7129/,
se estiman las pérdidas totales en 260.000 millones de euros,
existiendo unas necesidades de capitalización de 50.000 millones de
euros, Bankia incluida. (Adicionalmente, harían falta 45.000 millones de euros para recapitalizar el Fondo de Garantía de Depósitos).
Es
decir, las cifras manejadas con los datos públicos existentes al día
de hoy, permiten hacer unos cálculos relativamente precisos sobre el
importe de lo que podríamos denominar “agujero” en el sistema
financiero. Como la duda reside en la fiabilidad de esos datos,
hubiera sido mucho más eficaz que esta auditoría se hubiera
realizado en segundo lugar, como hemos dicho anteriormente.
2.-
Hay un punto que ha generado ciertas dudas y es el supuesto sobre la
ratio denominada core capital. Esta
ratio mide el porcentaje de recursos propios (capital social y
reservas) sobre los activos totales. La normativa actual establece su
importe mínimo en el 6%, aunque los cambios impuestos por Basilea
III obligarán a que la misma no
baje del 9%. En la auditoría realizada, para el escenario base se
parte de una core capital del
9%, mientras que para el escenario adverso se fija en el 6%. Es
decir, al exigir menos capital, en la coyuntura más desfavorable
prevista se necesita menos capital para cubrir los requerimientos
normativos. Este modo de proceder ha acarreado críticas, en el
sentido de que se cambian las reglas del juego aplicadas para uno y
otro escenario.
En
descargo de los auditores, hay que comentar dos aspectos:
*
La primera, que el criterio aplicado ha partido de las
recomendaciones realizadas por el llamado Advisory Panel (o
Grupo de Asesoramiento), formado por 2 representantes del Banco
Central Europeo, 1 representante del Banco de Francia, 1
representante del Banco de Holanda, 1 representante del Fondo
Monetario Internacional, 2 representantes de la Comisión Europea y 1
representante de la Autoridad Bancaria Europea. Es decir, no ha sido
fruto de una decisión unilateral de España o de las auditoras.
*
La segunda, que el sentido común dicta que, si se producen unas
circunstancias tan negativas como las que recoge el escenario
adverso, tendrán que flexibilizarse las condiciones para alcanzar un
9% de core capital, porque,
de no hacerlo, se restringiría aún más el crédito y, con ello, se
agravaría en mayor medida la situación negativa acaecida. Por lo
que el criterio marcado por el Advisory Panel
está plenamente justificado.
En
resumen, mi conclusión es que los resultados de las auditorías, en
función del contexto en el cual se realizan, son esencialmente
correctos. Pero, por un lado, la prueba de fuego no es esta sino la
que viene ahora, cuando se evalúen los activos bancarios, su
deterioro y el método de contabilización y, por otro, la lentitud
con que estamos afrontando esta crisis provoca que el recelo ya no
esté acotado sólo a nuestro sistema financiero, sino a todo el país
en general. Sólo ello explica que la prima de riesgo apenas se haya
inmutado ante la presentación de ambas auditorías...
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