EL GRAN RECORTE: NO ME LLAMES RESCATE, LLÁMAME LOLA… (y VII)


Como hemos estado explicando en anteriores entradas, los errores cometidos por el nuevo Gobierno desde diciembre de 2011, en cuanto a no identificar las prioridades esenciales que había que afrontar para mejorar nuestra situación económica (retrasando el saneamiento definitivo del sistema financiero y no afrontando la eliminación de partidas del gasto público escasamente eficaces) y a adoptar decisiones de difícil justificación (como la subida del IRPF y las modificaciones introducidas en el Impuesto de Sociedades), se vieron agravados por la intervención de BFA-Bankia durante el pasado mes de mayo. Las dudas que esta intervención suscitó sobre el estado real de todo nuestro sistema financiero agravaban, indirectamente, las dudas sobre la propia Hacienda Pública ya que, en última instancia, el Estado es el garante final de la solvencia de dicho sistema.


Ello provocó que el Gobierno tuviera que pedir a la Unión Europea asistencia financiera a la Unión Europea para poder acudir al rescate de nuestras entidades bancarias. Como consecuencia de la aprobación de la operación, la contrapartida exigida ha sido un programa de recortes por parte del Gobierno, que incide en estimular un proceso de deflación de precios y salarios en nuestro país, con el fin de restaurar su competitividad. Adicionalmente, se esboza un proceso en el cual se quiere potenciar el turismo (y modalidades del mismo poco presentes en nuestro país) para retomar la senda de crecimiento en el futuro.

Mi postura es que, en la medida en que todo proceso de deflación de precios y salarios no sólo no es automático, sino que es difícil encontrar ejemplos de éxito en el pasado, y que la opción de fomentar un sector con escaso potencial de crecimiento de la productividad no va a aportar grandes crecimientos del nivel de vida en el futuro, sería lógico desarrollar un programa económico alternativo.

Dicho programa económico alternativo, tendría dos bloques claramente diferenciados:

A.- POLÍTICAS DE SANEAMIENTO.


A.1.- PRESUPUESTO BASE CERO.- Se trataría de optimizar el gasto público de todas las Administraciones, definiendo con precisión cuáles son los objetivos de interés general que pretenden satisfacer todos los programas de gasto, eliminando aquellos programas que no correspondan a objetivos prioritarios o que se hayan mostrado ineficaces para conseguir los objetivos propuestos y, racionalizando, en suma, toda la estructura del sector público.

A.2.- SANEAMIENTO INTEGRAL DEL SISTEMA FINANCIERO.- Aflorando todas las pérdidas latentes en las entidades, recapitalizándolas con los recursos aportados por la asistencia financiera de la UE, pero, simultáneamente, dando dos pasos que no se han tomado con decisión hasta la fecha: cesando a todos los directivos que, en su gestión, hayan causado quebrantos sustanciales a sus entidades  (medida para la cual está plenamente facultado el Banco de España) y aprobando la normativa necesaria para que no se vuelva a repetir el proceso que dio lugar a la burbuja inmobiliario-financiera. El objetivo de todo ello sería el posibilitar el restablecimiento de los flujos de crédito en nuestra economía, con el fin de conseguir su reactivación.




B.- POLÍTICAS DE DINAMIZACIÓN ESTRUCTURAL


B.1.- MEDIDAS DE CHOQUE.- Exención de las cuotas de la Seguridad Social a autónomos que se hayan dado de alta por primera vez en el sistema, bonificación en el pago de cuotas por la contratación de personas en situación de desempleo, exención total de impuestos en la creación de nuevas empresas, exención de impuestos a la hora de realizar nuevos proyectos de inversión, bien en la instalación de nuevos negocios bien en la ampliación de los ya existentes…


B.2.- MEDIDAS DE AGILIZACION ADMINISTRATIVA, DE ELIMINACIÓN DE TRABAS BUROCRÁTICAS Y DE REDUCCIÓN DE LOS COSTES DE TRANSACCIÓN.- Eliminación de trabas administrativas y burocráticas para la creación de nuevas empresas, implantación total de la Administración electrónica, implantación del principio de “a una transacción, un tributo (como máximo)”, eliminación progresiva de la tributación sobre compraventas de bienes que ya han tributado con anterioridad, implantación de protocolos para reducir el impacto de la realización de obras públicas en entornos urbanos…

B.3.- POLITICA DE FOMENTO DE LA COMPETENCIA EN SECTORES PROTEGIDOS.- Favorecer la competencia en sectores clave como la producción y comercialización de energía eléctrica, la distribución de gas y de productos derivados del petróleo y la distribución comercial, entre otros, con el fin de favorecer una reducción de precios y unos menores costes para todo el sistema económico.



El conjunto de medidas así planteado, podría resumirse en el siguiente esquema:













Es evidente que este conjunto de medidas no sería milagroso. Pero considero que es necesario y ni este Gobierno ni el anterior lo han afrontado para mejorar la actual coyuntura económica, lo cual pasa por conseguir una estructura productiva más dinámica, flexible y competitiva.

No basta con hacer lo que se está haciendo porque lo que se ha perdido de vista es que el crecimiento del pasado ha bebido, en buena medida, de unas circunstancias favorables que ocultaban las taras del sistema económico. Ahora, esas circunstancias favorables ya no existen, por lo que el reto es afrontar esas taras. Lo que aquí hemos expuesto es lo más inmediato porque, evidentemente, hay que actuar en otras áreas como una reestructuración más profunda del sistema energético, una mejora en todos los niveles educativos, una mejora en la I+D (con una mayor integración entre Universidad, empresas y grupos de investigación…), una amplia reforma del sistema de financiación de las Comunidades Autónomas, una profunda modificación de los criterios por los que se rigen las inversiones públicas, etc. Pero, ante la urgencia de los acontecimientos, hay que actuar con decisión en aspectos que puedan generar el impacto más rápido posible.

Sólo así, podremos empezar a ver la luz al final del túnel…

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