ANÁLISIS DEL INFORME DE OLIVER WYMAN SOBRE EL SISTEMA FINANCIERO ESPAÑOL














El pasado 28 de septiembre se hizo público el informe de la consultora internacional Oliver Wyman donde se recoge la auditoría realizada a nuestro sistema financiero (http://www.elmundo.es/elmundo/2012/09/28/economia/1348848327.html). Este informe era la segunda parte de la revisión global que se tuvo que realizar a las entidades financieras a raíz del rescate bancario acordado con la Unión Europea. La primera parte de la misma se hizo pública el pasado 21 de junio (http://eldedoeneldato.blogspot.com.es/2012/06/audita-que-algo-queda.html). En esta segunda parte, se ha realizado un ejercicio denominado bottom-up que consta de las siguientes etapas:

1.- Se ha partido de la inversión crediticia y de los activos adjudicados o recibidos en pago de deudas que aparecen en los balances de los distintos grupos bancarios.

2.- Se ha calculado el impacto que tendrían sobre los mismos (en términos de pérdidas generadas por la morosidad y por la depreciación de su valor de mercado, respectivamente) dos escenarios macroeconómicos diferentes (un escenario macroeconómico base y un escenario macroeconómico adverso). Dichos escenarios macroeconómicos son los siguientes:





Fuente: Asset Quality Review and Bottom-Up Stress Test Exercise de Oliver Wyman



He indicado en rojo los elementos más significativos de cada escenario: Crecimiento real del PIB (“Real GDP”), tasa de desempleo (“Unemployment Rate”), subida del IPC armonizado (“Harmonised CPI”) y variaciones de los precios inmobiliarios, diferenciando entre los precios de la vivienda (“Housing Prices”) y precios del suelo (“Land prices”).

3.- Se ha estimado la capacidad de cada grupo bancario para absorber pérdidas, en función de su nivel de provisiones ya realizadas, resultados positivos que podrían generar en los próximos ejercicios, créditos fiscales y los posibles Esquemas de Protección de Activos (EPA) otorgados por el Banco de España en los procesos de fusión realizados en los últimos años (esta figura trata de cubrir a la entidad absorbente de quebrantos patrimoniales ocultos generados por la entidad absorbida).

4.- Finalmente, se ha calculado la diferencia entre las pérdidas potenciales estimadas y la capacidad de cada grupo para absorberlas. Aquellas entidades para las que la primera magnitud es inferior a la segunda, cuentan con un exceso de capital y no necesitan ninguna actuación posterior. Aquellos grupos bancarios cuyas pérdidas potenciales son superiores a la capacidad de absorción de las mismas, necesitarían recapitalizarse, bien mediante su apelación al mercado, bien (si ello no fuera posible en virtud del agujero patrimonial detectado) mediante ayudas públicas (supuesto en el que se utilizarían los recursos provenientes del rescate europeo).

Pueden ver el informe completo en el siguiente enlace:


También adjunto el enlace donde aparecen las fichas individuales de cada grupo bancario:



Los resultados obtenidos por cada grupo bancario (en las peores circunstancias posibles, es decir, en el escenario macroeconómico adverso) son los siguientes:


A.- Exceso de capital:

Bankinter: 399 millones de euros.

BBVA (incluyendo UNNIM): 11.183 millones de euros.

Caixabank + Banca Cívica: 5.720 millones de euros.

Kutxabank: 2.188 millones de euros.

Sabadell + CAM: 915 millones de euros.

Santander: 25.297 millones de euros.

Unicaja + CEISS: 128 millones de euros.


B.- Necesidades de capital:

Banco de Valencia: 3.462 millones de euros.

BFA-Bankia: 24.743 millones de euros.

Banco Mare Nostrum: 2.208 millones de euros.

Ibercaja + Caja 3 + Liberbank: 2.108 millones de euros.

Catalunya Bank: 10.825 millones de euros.

Novacaixagalicia Banco: 7.176 millones de euros.

Banco Popular + Banco Pastor: 3.223 millones de euros.


Sobre la validez o no del informe, he podido ver opiniones para todos los gustos. Para reflejar posiciones muy diferentes, les enlazo dos artículos. En el primero, S. McCoy, en www.elconfidencial.com, afirma que “lo vivido en la víspera del fin de semana no es sino la consumación de un paripé en el que el guión estaba escrito de antemano” y que “ha habido mucho trabajo de cocina, donde lo que se ha buscado principalmente es no generar alarma adicional” (http://www.cotizalia.com/opinion/valor-anadido/2012/10/01/lo-de-oliver-wyman-y-la-banca-un-paripe-insufrible-7493/). En el segundo, José Luis Ruiz Bartolomé, en www.libremercado.com, opina que “creo que tanto las hipótesis macro como el análisis de la cartera, con sus pegas y triquiñuelas, son lo más verosímil que se ha hecho hasta ahora desde que empezó la crisis. Las pérdidas estimadas de 270.000 millones de euros de toda la cartera de la deuda privada parecen creíbles a estas alturas de la crisis, lo que no quiere decir que, según vayan empeorando las cosas (que probablemente lo harán) queden obsoletas” (http://adiosladrilloadios.libremercado.com/desmenuzando-oliver-wyman-analisis-verosimil-conclusion-forzada/).

De las críticas que se puede hacer al informe, hay tres que merecen, especialmente, destacarse:

1.- La primera, proviene de los datos utilizados para su elaboración. Como se indica en el informe, la información procesada ha sido aportada por “terceras partes” (Banco de España, las propias entidades, auditoras…), sin que Oliver Wyman se haga responsable de que dicha información sea precisa o completa. Suponiendo ello una importante salvedad, también es cierto que se suponen importantes quebrantos derivados del importe global de la inversión crediticia y de los activos adjudicados. Aunque pueden surgir dudas sobre la estimación de los quebrantos supuestos, parece sensato concluir que los mismos han de tener, en última instancia, un límite y no se puede elevar al infinito la cifra estimatoria. Partiendo de que la morosidad ya ha superado el máximo de la anterior crisis de los 90 (el 9%) y que el informe aplica importantes descuentos al precio de la vivienda y del suelo, el resultado final del estudio parece bastante razonable.


2.- La segunda, se refiere a que en el escenario macroeconómico base se aplica un porcentaje de recursos propios del 9%, mientras que en el escenario macroeconómico adverso es del 6%. Este supuesto (en principio, chocante) ya se explicó en los anteriores test de estrés. En primer lugar, el criterio aplicado ha partido de las recomendaciones realizadas por el llamado Advisory Panel (o Grupo de Asesoramiento), formado por 2 representantes del Banco Central Europeo, 1 representante del Banco de Francia, 1 representante del Banco de Holanda, 1 representante del Fondo Monetario Internacional, 2 representantes de la Comisión Europea y 1 representante de la Autoridad Bancaria Europea. Es decir, no ha sido fruto de una decisión unilateral de España o de la propia consultora. En segundo lugar, el sentido común dicta que, si se producen unas circunstancias tan negativas como las que recoge el escenario adverso, tendrán que flexibilizarse las condiciones para alcanzar un 9% de porcentaje de recursos propios, porque, de no hacerlo, se restringiría aún más el crédito y, con ello, se agravaría en mayor medida la situación negativa acaecida. Por lo que el criterio marcado por el Advisory Panel está plenamente justificado.


3.- El tercer elemento que arroja sombras sobre el informe es que excluye de posibles pérdidas a las operaciones de activo concedidas a favor de personas y entidades extranjeras, la cartera de participaciones de capital y renta fija y la deuda soberana. Es, quizás, el principal inconveniente de todos los test de estrés realizados hasta la fecha. Aunque, en relación a los activos extranjeros, puede ser aceptable excluirlos ya que se entiende que su valoración es independiente, hasta cierto punto, de la marcha de la economía nacional (y en los escenarios macroeconómicos se recogen, exclusivamente, supuestos referidos a nuestra economía) y, en relación a la deuda soberana, aunque han surgido dudas sobre el pago de la misma y si va a necesitar algún tipo de reestructuración, en principio sólo se produciría una circunstancia de este tipo en un caso extremo (y, por tanto difícil de modelizar), es evidente que un empeoramiento de las variables macroeconómicas acabaría repercutiendo en el valor de las participaciones de capital y en los títulos de renta fija que aparecen en los balances de las entidades financieras. Es el gran defecto del informe.



A pesar de las salvedades expuestas, si tenemos en cuenta todos los ajustes y aprovisionamientos realizados hasta la fecha y los supuestos de pérdida de valor aplicados a los activos de los grupos bancarios analizados, las dos auditorías realizadas a nuestra banca y la operación de rescate acordada con la Unión Europea pueden ser una buena base para culminar el (eterno) proceso de saneamiento de nuestro sistema financiero. Si dicho proceso se completa, será el principal elemento para conseguir la reactivación económica y, con la misma, se empezarían a disipar las dudas sobre la solvencia de nuestro sistema financiero y la capacidad de pago de nuestra deuda pública. Lo que no admite la situación es que haya nuevas demoras porque impediría la recuperación económica y los quebrantos estimados se acrecentarían simultáneamente.


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