¿QUÉ SUCEDE CON LA JUSTICIA?

El pasado 21 de noviembre, entró en vigor el determinado "tasazo judicial" (http://www.elmundo.es/elmundo/2012/11/21/espana/1353486868.html). Dicha medida, instrumentada a través de la Ley 10/2012 (http://estaticos.elmundo.es/documentos/2012/11/21/tasas.pdf), consiste en una importante subida de las tasas judiciales, con el fin de paliar el colapso que sufren las distintas instancias judiciales en España.

El razonamiento que existe detrás de esta decisión es que, presuntamente, el atasco en la instrucción de los sumarios y en la resolución de los procesos judiciales se debe a que, al ser excesivamente bajos los importes de las tasas establecidas, se recurre con excesiva facilidad a canalizar los conflictos a través de los tribunales.

En mi opinión, esta subida de tasas no ataca, en absoluto, el fondo del problema. Dicho fondo lo van a ver ustedes con sus propios ojos:




















































Cuando, siendo Al Gore vicepresidente de los Estados Unidos, presentó una reforma del funcionamiento de la administración norteamericana, dijo, más o menos, que la misma, en tiempos del WordPerfect, no podía seguir escribiendo con tintero y pluma de ganso. ¿Pasará algo parecido en la administración de justicia española? (Sí, es una pregunta retórica, no se preocupen...)

Y una segunda reflexión, que va a agradar menos. En estos días, estamos viendo multitud de protestas de abogados y de personal de justicia en relación a la ley aprobada. Mi pregunta es: ¿Por qué, en los últimos 30 años, no ha habido protestas del mismo tenor ante el decimonónico (por decir algo) modo de operar de nuestra maquinaria judicial?¿Les parecía bien, a todos, seguir trabajando de esa forma? Si esa ley logra ser retirada, ¿mantendrán las protestas hasta lograr la modernización del sistema de funcionamiento de nuestros tribunales?

Hoy, ya no escribo más porque la respuesta a todas estas preguntas que me he hecho, ya sé cuáles son...







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