SOBRE LAS ÚLTIMAS PREVISIONES DEL FMI Y EL BANCO MUNDIAL


















La semana pasada, tanto el Fondo Monetario Internacional (http://www.imf.org/external/spanish/pubs/ft/weo/2013/update/01/pdf/0113s.pdf) como el Banco Mundial (http://siteresources.worldbank.org/INTPROSPECTS/Resources/334934-1322593305595/8287139-1358278153255/ExecSummary_GEPJan2013_Sp.pdf) publicaron sus respectivas previsiones para el período 2013-2014. En la medida en que ambos informes coinciden, esencialmente, en sus previsiones y recomendaciones, es interesante analizar las mismas de cara a formarnos una idea clara de cuáles son las expectativas razonables que podemos esperar para el futuro inmediato.

1.- En primer lugar, existe una clara dicotomía entre el semiestancamiento que están viviendo las economías más desarrolladas y el vigoroso crecimiento que están experimentando las economías emergentes (como ya comentamos en una entrada anterior: http://eldedoeneldato.blogspot.com.es/2013/01/2013-la-economia-mundial-en-un-cruce-de.html). Así, según el FMI, “el crecimiento en las economías de mercados emergentes y en desarrollo se encamina hacia un 5,5% en 2013, aunque no se proyecta que vuelva a alcanzar las altas tasas registradas en 2010-11”. Para el Banco Mundial, “los países en desarrollo continúan siendo el principal motor del crecimiento internacional, aunque su producto ha perdido impulso”.




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 Fuente: FMI



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Fuente: Banco Mundial


De este modo, según el FMI, la economía mundial creció un 3,9% en 2011 y un 3,2% en 2012, con la previsión de que el crecimiento será del 3,5% en 2013 y del 4,1% en 2013. Para el Banco Mundial, el crecimiento fue del 2,7% en 2011 y del 2,3% en 2012 y su previsión es que el mismo será del 2,4% en 2013, del 3,1% en 2014 y del 3,3% en 2015. Como apreciamos en el siguiente gráfico, las economías desarrolladas seguirán, previsiblemente, obteniendo peores resultados que la media mundial:




Fuente: FMI


2.- En segundo lugar, ambos informes recalcan los importantes problemas que están atravesando todas las economías desarrolladas. En el caso de Estados Unidos, el FMI apunta como factores positivos “un entorno favorable en el mercado financiero y la recuperación del mercado inmobiliario” y como factor negativo esencial la incertidumbre existente en torno al “precipicio fiscal” (aunque no utiliza esta expresión sino que da un rodeo para mencionar el mismo concepto). Para el Banco Mundial, si no se llega a un acuerdo en torno a esta cuestión, se “podría reducir el crecimiento de Estados Unidos y el mundial en 2,3% y 1,4%, respectivamente”. Para la Unión Europea, el FMI revisa a la baja las perspectivas a corto plazo. Aunque admite que se ha avanzado en los ajustes a escala nacional, en la creación de los mecanismos financieros de estabilidad y en la mejora de las condiciones de financiación de los países que la integran, también reconoce que existen demoras en la transmisión de todas estas mejoras a las condiciones de préstamo al sector privado. El Banco Mundial apunta a que ha disminuido considerablemente la probabilidad de que se produzca una crisis grave de confianza en la zona del euro. Para Japón, el Banco Mundial indica que existen previsiones de contracción derivadas de las tensiones políticas con China y al vencimiento de los incentivos para la compra de automóviles. El FMI considera que esta recesión será breve y que el conjunto de medidas de estímulo fiscal que se han aprobado junto a un mayor relajamiento de la política monetaria darán al crecimiento un impulso a corto plazo. Sin embargo, también recomienda una sólida estrategia fiscal a medio plazo ya que, sin ella, el programa de estímulo entrañaría graves riesgos derivados del deterioro de la deuda pública (recordemos que los sucesivos estímulos fiscales en Japón desde principios de los 90 ha conducido a que la misma alcance un nivel cercano al 250% del PIB).




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Fuente: FMI



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Fuente: Banco Mundial


3.- Una cuestión en la que sólo el informe del Banco Mundial trata con algún detenimiento es el posible parón del crecimiento de China. admitiendo que "una contracción brusca tendría consecuencias nacionales y mundiales considerables. Estas serían especialmente graves para los países en desarrollo exportadores de productos básicos si causara una caída abrupta de los precios de estos productos". Sin mencionar la posibilidad de que pueda existir tal contracción, el FMI recomienda para China, con el fin de "garantizar un rápido crecimiento sostenido", el continuar avanzando con "las reformas estructurales orientadas hacia el mercado y que el equilibrio de la economía se incline en mayor medida hacia el consumo privado". Lo que sobrevuela ambos informes es la incógnita que significaría a nivel mundial el estancamiento del gigante asiático. Los datos existentes, además de que su fiabilidad es sólo relativa, no son, en ningún modo, concluyentes. Pero, lo que sí parece claro, es que el actual modelo económico, con elevadas tasas de inversión, bajos niveles de consumo privado, fuerte desarrollo bancario y discutibles prácticas bancarias no puede permanecer hasta el infinito con las mismas características. Igualmente, no se sabe cuánto tiempo puede permanecer el mismo sistema político sin la realización de cambios apreciables. Que las distintas transiciones implicadas se hagan de forma suave o de modo abrupto (mediante el acaecimiento de importantes crisis) plantea diferentes escenarios de muy difícil cuantificación. Próximamente, hablaremos de China en este blog. Pero lo que conviene dejar aquí apuntado, en este momento, es que una posible recesión plantea tantos interrogantes que convierten a las distintas variables económicas de China en objeto de vigilancia preferente para todo el año 2013.

4.- Finalmente, hay que mencionar los riesgos y problemas de los que no se suelen hablar en los medios de comunicación. Así, la posibilidad de interrupción del suministro mundial de petróleo (cuyo previsible motivo, no explicitado en el informe, sería un conflicto bélico en torno a Irán y su programa nuclear) ha podido ser tratada, de pasada, en alguna ocasión, pero apenas se ha hablado alguna vez de un posible rebrote en las alzas de los precios de los productos alimenticios básicos que se comercializan internacionalmente (hecho que puede ser impulsado por las bajas existencias de maíz, algo que, desde el verano pasado, se sabía que iba a ocurrir: http://www.elmundo.es/elmundo/2012/08/10/economia/1344606002.html). Estas alzas, obviamente, perjudicarían a la nutrición y a la salud en los países más pobres. En relación con ello, el Banco Mundial  recomienda, a los países en desarrollo, medidas de mejora de la seguridad alimentaria (especialmente, para la población más vulnerable), aumentando la productividad local, mejorando la infraestructura de transporte y almacenamiento, reduciendo el porcentaje de productos afectados por la descomposición y permitiendo un mejor acceso a los mercados extranjeros.

Como resumen, ambos informes apuntan a la misma idea. Así, el del Banco Mundial indica que "la economía mundial sigue debatiéndose en dificultades" y que, para las economías desarrolladas, "la situación debería aligerarse levemente para permitir una lenta aceleración del crecimiento en los próximos años". En el caso del documento del FMI, se dice que "se proyecta que el crecimiento mundial aumentará en 2013", pero que "las previsiones apuntan a que esta mejora será más gradual que lo proyectado en... octubre de 2012". En ambos casos, no hay previsiones de que la expansión que pueda tener lugar en los próximos años vaya a ser especialmente dinámica. Y ello, como ya hemos dicho unas cuantas veces en este blog (http://eldedoeneldato.blogspot.com.es/2011/09/rio-arriba-o-cual-es-el-origen-de.htmlhttp://eldedoeneldato.blogspot.com.es/2011/10/rio-arriba-o-cual-es-el-origen-de.html), hunde sus raíces en problemas de fondo que no se afrontan con rigor por parte de los gobiernos. Seguir insistiendo en manipular las variables monetarias y financieras o en acumular déficits públicos (http://blogs.elconfidencial.com/economia/abrazo-koala/2013/01/30/cual-es-la-solucion-a-la-presente-crisis-occidental-inyectar-dinero-o-reducir-el--deficit-7999) como soluciones a la crisis no es una postura realista. Hay que volver a la economía real, a la capacitación de los trabajadores, a la dotación de infraestructuras y bienes de capital, al estímulo de la iniciativa empresarial y al desarrollo de la capacidad de innovación tecnológica como factores esenciales que actúen de palanca a favor del crecimiento. Caer en remedios fáciles y doctrinas milagrosas no sería otra cosa que repetir los errores del pasado y no salir de esta situación económica gris y alicaída que predicen los informes del FMI y del Banco Mundial.




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