En la anterior entrada, habíamos
analizado los efectos de la caída de beneficios en la tesorería (con todas las
matizaciones sobre cómo se podía entender el concepto de “beneficio”). Hoy,
vamos a adentrarnos en los efectos de lo que se denomina apalancamiento
operativo cuando se produce un cambio en el ciclo económico.
El apalancamiento operativo se
refiere a la mejora que, dado un determinado nivel de costes fijos, se produce
en la cifra de beneficios de la empresa conforme va aumentando la producción.
Antes de profundizar en la idea,
vamos a aclarar algunos conceptos.
Los costes en los que incurre una
empresa se pueden dividir en costes fijos y costes variables. Los costes fijos
son los que se producen independientemente de si la empresa produce o no (por
ejemplo, los costes asociadas a los activos fijos de la empresa –fábrica,
oficinas…- y al personal fijo de la empresa). Los costes variables son los que
están asociados al nivel de producción, es decir, sólo tienen lugar si existe
producción (por ejemplo, el coste de las materias primas para producir el bien
final objeto de venta y las comisiones a los comerciales de la empresa por las ventas realizadas).
A la hora de determinar qué
costes de una empresa van a ser fijos y cuáles van a ser variables, existen dos estrategias diferentes que se
pueden apreciar claramente en el siguiente gráfico:
Las líneas azules CF y cf vienen
a representar las dos estrategias a las que antes hacíamos referencia. CF corresponde a un nivel mayor de
costes fijos y cf a unos costes
fijos menores. La contrapartida es que en CF
los costes variables crecen más lentamente que en cf. Como se observa, hasta el nivel Q* de producción, cf está
por debajo de CF. Sin embargo, a partir
de Q*, cf pasa a estar por encima de CF.
Por ello, una empresa que emprende un proceso de aumento de su producción
debería seguir la siguiente estrategia: mientras su nivel de producción fuera
inferior a Q*, su estructura de
costes debería ser la que muestra cf.
Sin embargo, a partir de Q*, debería
aumentar sus activos fijos y pasar a tener la estructura de costes representada
por CF. Sin embargo, conviene tener
en cuenta lo que sucede para distintos niveles de producción para ambas
estructuras de costes. Empecemos por ver el caso en que la producción se sitúa en
Q1, por debajo de Q*. I representa los ingresos que la empresa obtiene con la venta de su
producción.
Observemos que en Q1 una empresa con una estructura como
la de cf estaría en mejor situación
competitiva que una empresa cuya estructura fuera CF. Se aprecia claramente que la diferencia entre I1 y cf1 (es decir, los beneficios obtenidos) es mayor que la existente
entre I1 y CF1. Pasemos a ver qué sucede cuando la producción sea mayor que Q*:
En este caso, quien está en mejor
posición es la empresa que elige la estrategia dibujada en CF. Se aprecia que la diferencia entre I2 y CF2 es mayor que la
existente entre I2 y cf2.
Y ahora viene la cuestión clave.
Imaginemos que, en un momento dado, la producción se sitúa en Q2. En este punto, la empresa cuyos
costes se comportan según CF estaría
en mejor posición competitiva que la que actuase según la línea cf. Si, de repente, se produjera una
recesión y las empresas no pudiesen producir más que Q1 porque no se pudieran conseguir ventas superiores a dicho nivel,
la posición competitiva se daría la vuelta completamente porque cf sería la estructura de costes
adecuada.
El apalancamiento operativo (el
disponer de mayores activos fijos para tener un crecimiento menor de los costes
variables conforme aumenta la producción), que ayuda a aumentar los beneficios
en etapas de expansión, produce el efecto contrario cuando llega una etapa recesiva:
empeora la posición competitiva en relación a empresas con estructuras más
livianas. Por tanto, la clave cuando una empresa tiene mayores costes fijos que
sus competidoras es tener prevista una posible reducción de los mismos ante una
caída de la producción. Si la empresa no pudiese realizar dicha reducción,
estaría abocada a incurrir en pérdidas frente a sus competidores. Esto se puede
ver en el siguiente gráfico, donde la producción ha descendido a Q3:
En Q3, la línea cf sigue
estando por debajo de la línea de ingresos, pero, en cambio, CF3 está claramente por encima.
Mientras que la empresa con costes según cf
tiene posibilidades de supervivencia, la empresa con costes según CF se ve abocada a reestructurarse si
no quiere llegar a la bancarrota por acumulación de pérdidas.
En nuestra próxima entrada,
hablaremos de los efectos del apalancamiento financiero.
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