El pasado 28 de febrero, el
Gobierno anunció cuál había sido la cifra final de déficit público, estimando
el mismo en el 6,74% del PIB (http://www.minhap.gob.es/Documentacion/Publico/GabineteMinistro/Notas%20Prensa/2013/MINISTRO/28-02-13%20Cierre%20d%C3%A9ficit%202012.pdf).
Ello suponía desviarse en 0,44 puntos del PIB respecto a los objetivos de
déficit fijados para 2012:
Fuente: Presentación Presupuestos
Generales del Estado 2012
Dos elementos hay que mencionar
sobre los datos anunciados por el Gobierno:
1.- En primer lugar, si sumamos los
déficits de Administracion Central (3,83%) y Seguridad Social (0,96%), el mismo
(4,79%) superaría en 0,49 puntos al objetivo fijado para 2012. El déficit de
las Comunidades Autónomas (1,73%), superaba el 0,23 puntos al objetivo fijado
para el pasado ejercicio. Sólo las Corporaciones Locales (con un déficit del
0,2%) lograron quedar por debajo del objetivo establecido.
2.- En segundo lugar, en el
déficit anunciado no se incluyeron las ayudas a la banca, de forma que, si se
consideraban las mismas, al déficit público de 2012 habría que añadirle un
3,25% del PIB (es decir, el total sería del 9,99%).
A su vez, dos aspectos merecen ser tenidos
en cuenta para esta sección.
1.- En primer lugar, se ha
criticado que el Gobierno insista en la cifra del 6,74% del PIB y no considere
la cuantía de las ayudas a la banca (por ejemplo, en este artículo de Carlos
Sánchez, en El Confidencial: http://www.elconfidencial.com/opinion/mientras-tanto/2013/03/03/mas-pedagogia-y-menos-falso-optimismo-10831/).
Aunque es evidente que la cifra real de déficit fue del 9,99% del PIB, no es
menos verdad que el 3,25% destinado en ayudar a la banca es un gasto excepcional
que no se repetirá en 2013. Por tanto, es lógico poner el énfasis en el déficit
ordinario, que es el que podría repetirse en sucesivos ejercicios, y prescindir,
de cara a evaluar la marcha de las medidas de contención presupuestaria, de las
partidas en las que no se va a volver a incurrir en años futuros.
2.- En lo que el Gobierno sí ha actuado
de manera impropia es en sus maniobras con las devoluciones de impuestos. Ya en
una noticia aparecida en www.vozpopuli.com
el pasado 19 de febrero (http://vozpopuli.com/economia/21616-hacienda-juega-con-las-devoluciones-para-cuadrar-los-ingresos-tributarios)
ya se advertía de que el Ministerio de Hacienda estaba reteniendo devoluciones
tanto en el IVA como en el IRPF como en el Impuesto de Sociedades. El 27 de
marzo, la Oficina Europea de Estadística (EUROSTAT) hizo lo que el sentido
común dictaba, es decir, imputar a las devoluciones retenidas al ejercicio de
2012 y, en consecuencia, el mismo era fijado (eliminando del cálculo las ayudas
a la banca) en el 6,98% (http://www.elmundo.es/elmundo/2013/03/27/economia/1364379298.html).
A la hora de calcular los
ingresos y gastos del Estado (y de cualquier unidad económica) se pueden
aplicar dos criterios: el principio de caja y el principio de devengo. Por el
principio de caja, se imputan sólo los pagos y cobros efectuados. Por el
principio de devengo, se imputan los gastos e ingresos cuando se generan (con
independencia de que los mismos se hayan pagado o cobrado, respectivamente).
Cada uno de los criterios tiene su relevancia y nos da informaciones distintas
por lo que es conveniente conocer los resultados de aplicar cada uno de ellos.
Pero, obviamente, lo que no se puede hacer es mezclarlos. Y, mucho menos,
forzar los procedimientos normales de la administración para hacer encajar,
artificialmente, las cifras de déficit. Porque, como se explica en el último
enlace adjuntado, lo que ha hecho el Ministerio de Hacienda es retrasar el acto
administrativo por el que se reconocía a los contribuyentes el derecho a la
devolución. EUROSTAT ha detectado el empleo de tan burdo truco y ha estimado
cuál sería la cifra de las devoluciones a realizar para, de este modo, tener
una contabilización del déficit más aproximada a la real.
Como iremos viendo en esta
sección, buena parte de los datos públicos están expuestos a múltiples
manipulaciones, siempre con el fin de barrer para el lado de la propaganda,
claro está…
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