SOBRE EL SHUTDOWN DEL GOBIERNO DE LOS ESTADOS
UNIDOS (II)
III. LA INFLUENCIA DEL TEA PARTY.
El Tea Party es un movimiento de corte conservador que, desde 2010, ha
ganado peso, de forma muy significativa, dentro del Partido Republicano. Nació
en las llamadas tea parties (o
fiestas del té). Lo del té viene, lógicamente, por el motín del té en Boston de
1773, origen de la independencia de los Estados Unidos. Recordemos que dicho
motín tuvo lugar por la subida de impuestos sobre dicha planta y, de hecho, el
origen del movimiento (http://www.libertaddigital.com/opinion/gees/racismo-de-clase-56255/)
es una reacción contra las grandes partidas de gasto público destinadas al
rescate de la banca, al plan de estímulo promovido por Obama a comienzos de su
mandato y las que, previsiblemente, iban a tener lugar con la aprobación del Obamacare (me gustaría insistir en este
punto porque, sin ese énfasis en los aspectos fiscales y presupuestarios, el
propio nombre del movimiento carecería de sentido).
Sin embargo, quizás porque la
dinámica del movimiento ha estado marcada por un cierto carácter asambleario (http://www.abc.es/20121018/internacional/rc-irresistible-ascenso-party-201210181149.html),
ha acabado apoyando en las sucesivas primarias del Partido Republicanos a los
candidatos más incendiarios y más alejados de la moderación, lo cual ha llevado
a que esta corriente haya acabado poniendo el énfasis más en aspectos morales
que en su inicial preocupación por las tendencias de las finanzas públicas.
Sólo así se explica que, por ejemplo, una de sus principales representantes,
Michelle Bachmann, aspirante a la candidatura republicana en las elecciones
presidenciales de 2012, llegara a afirmar (http://mexico.cnn.com/mundo/2011/08/15/perry-y-bachmann-se-enfrentan-por-atraer-los-reflectores-en-iowa)
que siempre había estado “orgullosa de ser una conservadora en lo social” (o, a sensu contrario, que en lo económico
no comulgaba abiertamente con el conservadurismo económico, partidario de la
menor intervención posible del Gobierno) o que Christine O’Donnell, candidata
al Senado por Delaware, adquiriera notoriedad por opiniones que es dudoso que deban
ser objeto de discusión el debate político (http://www.periodistadigital.com/politica/sucesos/2010/09/16/christine-odonnell-anti-masturbacion-rachel-maddow-republicano-senadora-.shtml).
Se produjo, entonces, la extraña
paradoja de que, a pesar de que, dada la evolución del Tea Party, podía ser difícil que sus posturas llegaran a alcanzar
la mayoría en unas elecciones presidenciales o legislativas (de hecho, es altamente
probable que la presencia de candidatos de esta corriente impidiera que los republicanos
llegaran a alcanzar la mayoría absoluta en el Senado en las elecciones de 2010:
http://blogs.publico.es/eltableroglobal/el-tea-party-ha-impedido-el-triunfo-republicano/140),
los candidatos republicanos más moderados ven en peligro sus aspiraciones por
el brío de los rivales que defienden que son ellos los que representan las
auténticas esencias del conservadurismo y que la moderación representa una
traición a las mismas. Pero si esto es así, ¿no sería lógico que el Tea Party moderara sus posiciones con el
fin de conseguir la hegemonía el Partido Republicano para, posteriormente, llegar
a alcanzar una mayoría electoral? Dos factores explican que ello no se produzca
de este modo.
IV. LA DISTRIBUCIÓN TERRITORIAL DEL VOTO.
Normalmente, se suele ver el mapa
político de Estados Unidos dividido en Estados rojos (los correspondientes a
victorias republicanas en las elecciones presidenciales) y Estados azules (los
correspondientes a victorias demócratas). La mayoría de los Estados no suelen
cambiar de color de una contienda electoral a otra y, por ello, las elecciones
se suelen decidir por lo que ocurre en los que podemos denominar “Estados
fluctuantes”. En 2012, la configuración el voto quedó de la siguiente forma:
Fuente: www.politico.com
Sin embargo, esta visión no
retrata correctamente la realidad. Para apreciarla con exactitud, hay que ver
cómo se distribuyen las victorias por condados:
Fuente: www.washingtonpost.com
Se aprecia que el color rojo
domina, claramente, a nivel territorial y ello lleva a una visión del voto que
explica, en gran medida, la situación actual, que no tiene que nada que ver,
estrictamente, con la tendencia política de cada Estado. En realidad, el voto
del Partido Demócrata concentra su voto en las grandes zonas urbanas y el
Partido Republicano lo hace en las ciudades medias y zonas rurales. Es decir:
1.- Por un lado, existe una
fractura social que es el trasfondo real de la fractura política que estamos
contemplando. Hay dos mundos, bastante distintos, que se ven encarnados en dos
visiones políticas diferentes. Es difícil que se puedan llegar a entender un
representante que proceda del condado de Los Angeles (California), en el que
Obama obtuvo un 68,6% de los votos y Romney un 29,1%, con otro que provenga de Rush
County (Kansas), en la que Romney obtuvo un 74,3% y Obama un 23,3%. Hay, en
esta situación, la ruptura de la posibilidad de un consenso mínimo que
trataremos, con más detenimiento, algo más adelante.
2.- Por otro lado, esta
distribución dual del voto lleva a que, en realidad, los representantes del Tea Party no vean peligrar su posición.
En el contexto de polarización social en el que tiene lugar el proceso
político, aunque el Partido Republicano no pueda conseguir una mayoría clara en
los próximos años, los representantes de esta corriente tienen, en realidad,
asegurados sus asientos porque se limitan a representar las opiniones de un
segmento muy concreto del electorado que tienen el peso suficiente (aunque no
sea mayoritario) como para llegar a tener legisladores en el Congreso.
Pero, claro está, el Tea Party ve reforzados sus argumentos
porque, al otro lado del arco político, también se defienden postulados que no
dejan de ser altamente discutibles.
V. LA
POSTURA KRUGMAN.
El año pasado, dedicamos dos
entradas a explicar la postura del premio Nobel Paul Krugman en su libro ¡Acabad ya con esta crisis! (http://eldedoeneldato.blogspot.com.es/2012/08/analisis-de-acabad-ya-con-esta-crisis.html,
http://eldedoeneldato.blogspot.com.es/2012/08/analisis-de-acabad-ya-con-esta-crisis_8.html).
Siendo uno de los economistas más prestigiosos del panorama actual, es
inevitable que sus opiniones tengan peso en el debate político. Su defensa del
déficit público y su crítica a cualquier intento por reducirlo ya la califiqué
de poco realista en las dos entradas que he enlazado. Adicionalmente, sus duras
críticas al Partido Republicano, al que ha llegado de calificar abiertamente de
antidemocrático (http://www.revcom.us/a/1263/inquisicion-arlen-spector-s.htm)
tampoco ayudan a que se convierta en un interlocutor que ayude a racionalizar
la discusión y la conduzca por cauces más sensatos. Pero, con independencia de las
posturas de Krugman, el gran problema es que las mismas no son más que un
reflejo de la opinión de determinados sectores del Partido Demócrata que
tienden a deslegitimar de forma tajante a sus rivales.
Con todos estos ingredientes en
el cóctel, tenemos la mezcla necesaria para que se haya producido el cierre o shutdown del Gobierno de los Estados Unidos.
En nuestra próxima entrada, concluiremos el análisis.
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