BILL GATES, FCC Y UN
CONTEXTO. SOBRE TODO, UN CONTEXTO (y III)
En las dos anteriores entradas (http://eldedoeneldato.blogspot.com.es/2013/10/bill-gates-fcc-y-un-contexto-complicado.html,
http://eldedoeneldato.blogspot.com.es/2013/11/bill-gates-fcc-y-un-contexto-complicado.html),
habíamos iniciado una reflexión a partir de la entrada de Bill Gates en el
capital de FCC y explicamos que en toda realidad económica confluyen tres niveles
distintos: el técnico-económico, el socio-institucional y el axiológico. Muchas
veces, los problemas económicos no encuentran solución porque los obstáculos y
rigideces existentes en los mecanismos de poder, las ideas asumidas y la
cultura imperante, sencillamente, lo impiden. En el caso de España,
consideramos que todavía reinaban muchas de las características de la sociedad
tradicional del Antiguo Régimen en vez de las propias de una sociedad abierta y
avanzada. El que ello sea así produce una serie de efectos económicos
perversos:
- Escaso aprecio por la iniciativa individual.- Cuando lo que prima
es la cercanía al poder y las relaciones establecidas dentro de grupos
cerrados, la valoración que se llega a tener de la iniciativa individual tiene
que estar, a la fuerza, marcada por la reticencia. O, en todo caso, sólo se
valora positivamente la iniciativa individual si se mueve dentro de los
estrechos márgenes marcados por el statu
quo. Lo cual deja de ser iniciativa individual para convertirse en simple
seguimiento de la rutina.
- Resistencia a la innovación.- Como consecuencia de lo primero,
cualquier fenómeno innovador no encuentra un clima propicio para su desarrollo.
La innovación sólo puede prosperar si hay personas dispuestas a aceptarla y
ponerla en marcha y, si hay una resistencia social a que los agentes económicos
emprendan caminos distintos a los generalmente aceptados, será difícil que el
espíritu innovador alcance el peso suficiente como para generar efectos
apreciables en el conjunto del sistema económico.
- Existencia de un “capitalismo de recomendación” (en términos del economista
Enrique Fuentes Quintana) o de un “capitalismo
de amigos” (en términos del periodista Jesús Cacho: http://vozpopuli.com/actualidad/34369-felipe-se-ofrece-y-aznar-se-enfada-hay-rajoy-para-rato).-
En una sociedad poco dinámica, con grupos cerrados y en la que la cercanía al
poder tiene gran importancia para emprender determinadas actividades, resulta inevitable
que los principios de la economía del mercado no sean los que sirvan para regir
el desempeño normal de los agentes económicos. Las decisiones gubernamentales
que parecen realizarse a favor de determinados grupos económicos y que parecen
nacer de la eficaz labor de lobbies y
grupos de presión se convierten en un aspecto sustancial del clima social
reinante.
- Inseguridad jurídica.- Un conjunto de leyes claras, previsibles, estables
y rigurosamente aplicadas y ejecutadas es el mejor instrumento para favorecer
las iniciativas a largo plazo y evitar cualquier tipo de trato de favor. A sensu contrario, el continuo vaivén
legislativo, una aplicación incierta de las normas y la arbitrariedad en las
disposiciones gubernamentales sirven, paradójicamente, para hacer cristalizar
la estructura existente.
- Dualismo empresarial.- Frente a una estructura empresarial
diversificada, acaban predominando o las
grandes empresas y corporaciones o las pequeñas empresas, sin que exista un amplio
conjunto de empresas medianas bien asentadas y consolidadas. En un clima de
desconfianza hacia la iniciativa individual, inseguridad jurídica y
burocratización, las empresas que no mantienen cierta cercanía al poder acaban
encontrando un techo o tope de crecimiento que no son capaces de superar. Las
grandes corporaciones, sin embargo, se desenvuelven en las circunstancias
individuales para consolidar su posición e, incluso, reforzarla.
- Escaso clima de cooperación empresarial.- La inseguridad jurídica dificulta
que haya confianza para firmar contratos o cualquier tipo de transacciones entre
los distintos agentes económicos. En virtud de ello, se obstaculiza una posible
vía para superar el problema del “minifundismo” empresarial como es el
establecimiento de acuerdos para formar alianzas, consorcios o joint-ventures entre empresas de reducido
tamaño para poder desarrollar de modo óptimo actividades que requieren de un
volumen mínimo de negocio (exportaciones, centrales de compras, I+D, formación…).
La ausencia de certeza jurídica pone piedras en el camino para que dicha posibilidad
se convierta en una realidad.
- Incapacidad de liderar los cambios de ciclo.- Cuando el ciclo es
favorable, el contexto descrito favorece que todos los agentes económicos
naveguen a favor de la corriente, ya que se limitan a seguir los cauces que son
considerados adecuados. Pero todo cambia cuando el ciclo cambia de sentido ya
que, entonces, reina la incertidumbre y no está tan claro cuáles son las pautas
correctas. Si el entorno no es favorable al desarrollo de la libre iniciativa,
será más complicado que el sistema económico encuentre cuál es el camino
adecuado. Llama la atención que, tras la II Guerra Mundial, mientras la mayoría
de los países occidentales habían logrado su reconstrucción y habían podido
recuperar la senda del dinamismo, en España no sea hasta 1959 cuando se cambie el
modelo económico para lograr unas tasas de crecimiento aceptables y, sobre
todo, sostenibles. Igualmente, tras la crisis del petróleo de 1973, España
tardó más de una década en realizar todos los ajustes y volver a recuperar sus
equilibrios fundamentales. Tras la “Gran Recesión” de 2008, nos está sucediendo
lo mismo y estamos siendo de los últimos países en poder salir
satisfactoriamente de la situación.
- Defectuosa evaluación del riesgo.- Por todo lo comentado
anteriormente, llegamos al punto crítico que sirvió de arranque a esta
reflexión. En una economía como la descrita, rígida, poco abierta a la
innovación y al cambio, muy apegada a la mera inercia, acostumbrada a que las
grandes operaciones se realicen siempre al amparo del poder, poco hábil para
detectar con anticipación los cambios de ciclo, ¿puede existir una cultura
corporativa y financiera que valore correctamente el riesgo y, sobre todo, que
sepa establecer medidas contra el mismo? Difícilmente. Y, por ello, se tienden
a generalizar percepciones que resultan chocantes. Cuando los precios de los
inmuebles subían a elevadas tasas año tras año, la opinión mayoritaria era que
las subidas no iban a encontrar límite y que, a lo sumo, habría un “aterrizaje
suave” en el sector. Ahora, cuando el mercado inmobiliario lleva más de cinco
años de descenso de precios, lo que se piensa, poco menos, es que esta bajada
va a tener carácter indefinido. No pienso que estos errores de percepción sean,
en general, diferentes dentro de las grandes empresas o corporaciones españolas.
Como consecuencia de todo ello, es más fácil que la inversión en FCC la haya
realizado un inversor extranjero que no un inversor español.
En 1956, en Chicago, se realizó
un experimento con monos que es muy útil para explicar cómo nacen y se
consolidan las conductas colectivas (http://www.psicoactiva.com/curios/platanos_y_monos.htm).
Se colocaron seis monos en una jaula y, en el centro, una escalera que conducía
a un racimo de plátanos. Cada vez que uno de los monos se decidía a subir la
escalera para conseguir uno, se utilizaban contra todos ellos mangueras de agua
helada. Llegó un momento en que, cuando un mono quería subir la escalera, eran
sus propios compañeros los que lo agarraban o le daban una paliza para
disuadirle, ya que temían sus consecuencias. Con posterioridad, se sustituía a
uno de los monos por otro. El mono nuevo, lógicamente, que no había conocido el
hecho de los “manguerazos”, no tenía problema para subir la escalera. Pero,
también lógicamente, el resto de sus compañeros se lo impedían. Poco a poco,
todos los monos fueron siendo sustituidos. Y, entonces, al final del
experimento, ocurrió algo que podía resultar poco obvio al principio del mismo:
todos los monos impedían que alguno de sus compañeros subiera la escalera para
tomar un plátano, aunque ninguno de los monos que estaban en la jaula hubieran
sufrido los “manguerazos” de agua helada.
En España, en el caso de FCC y
otros que, con toda seguridad, vendrán (y que ya están viniendo), mientras que
el grupo está parapetado en la jaula, hay quien ha entrado en ella y se está empezando
a llevar algunos plátanos (esperemos que no sean todos). Como hemos dicho en
más de una ocasión (http://eldedoeneldato.blogspot.com.es/2011/09/remedios-para-una-crisis-vi-cambio-de.html),
la salida de la crisis no sólo depende de las medidas del gobierno sino, sobre
todo, del cambio de mentalidad de los agentes económicos. Pero poco parece
haberse avanzado en ese aspecto. Y así nos va.
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