En el día de hoy, enlazo colaboración que he realizado para El blog de Esic Málaga. En ella, hablo de las teorías del ciclo económico, de su aplicación para España, de las previsiones que de las mismas se derivan para el futuro inmediato y, en consecuencia, de las estrategias empresariales que serían coherentes con dichas previsiones.
http://esic.edu/malagablog/ciclo-economico-y-estrategia-empresarial/#prettyPhoto
A continuación, transcribo el contenido de dicho post:
http://esic.edu/malagablog/ciclo-economico-y-estrategia-empresarial/#prettyPhoto
A continuación, transcribo el contenido de dicho post:
"En el libro ¡Acabad ya con esta crisis! (Editorial Crítica, 2012) del Premio
Nobel Paul Krugman, se cuenta (pag. 160) lo que sucedió con Montgomery Ward, el
minorista más importante de Estados Unidos antes de la II Guerra Mundial (http://en.wikipedia.org/wiki/Montgomery_Ward).
Cuando terminó el conflicto, el jefe ejecutivo de la cadena decidió acumular
reservas de efectivo porque consideraba que el fenómeno de la Gran Depresión se
iba a repetir una vez finalizada la contienda bélica. Lo que en realidad
ocurrió fue que hubo una fuerte expansión económica, que sí fue aprovechada por
otros competidores de Montgomery Ward para crecer y superar a la que antaño fue
la cadena más poderosa del país, de modo que esta entró en decadencia hasta convertirse
en un actor irrelevante dentro de la distribución comercial estadounidense,
desapareciendo en 2001 (como curiosidad, la marca fue adquirida cuatro años
después por una tienda de venta por internet).
Lo curioso del caso es que la
decisión estratégica de Montgomery Ward coincidía con la mayoría de las previsiones
de la época, que afirmaban en que el crecimiento económico iba a experimentar
una caída en relación al experimentado durante los años de la guerra. Al final,
las previsiones se demostraron erróneas y, de hecho, las teorías del ciclo
vital de Franco Modigiliani (http://metologiadelainvestigacion.blogspot.com.es/2010/11/franco-modigliani-y-la-teoria-del-ciclo.html)
y de la renta permanente de Milton Friedman (http://www.actibva.com/magazine/economia/la-hipotesis-de-la-renta-permanente)
nacieron para explicar por qué el consumo había crecido de la forma en que lo
hizo a partir de 1945.
El caso de Montgomery Ward es
paradigmático para comprender cómo una inadecuada adaptación de la estrategia
empresarial a las circunstancias generales de la economía puede conducir a la
crisis de una compañía aunque los parámetros generales de gestión no puedan ser
calificados, en general, como erróneos.
Aunque conviene tener la idea más
precisa posible de cómo va a ser el comportamiento económico en los próximos
años, Intentar discernir cuál va a ser el mismo presenta serias dificultades.
Las distintas teorías del ciclo económico intentan dar respuesta a la cuestión
e intentan descubrir pautas permanentes entre las etapas de recesión y
expansión. Hay modelos que explican las variaciones económicas según ciclos de
tres años y medio de promedio (ciclo de Kitchin: http://es.wikipedia.org/wiki/Joseph_Kitchin),
según ciclos de ocho años y medio de promedio (ciclo de Juglar: http://es.wikipedia.org/wiki/Clement_Juglar)
o, en el extremo, según ciclos de entre 47 y 60 años de promedio (ciclo de
Kondratieff: http://es.wikipedia.org/wiki/Onda_Kondratiev).
De cara a poder contar con una
previsión del ciclo económico para definir la estrategia empresarial a llevar a
cabo está claro que el ciclo de Kondratieff no es la herramienta adecuada por
el largo período de tiempo que abarca su análisis. Por todo lo contrario,
también hay que desestimar el ciclo de Juglar, ya que el corto período de
tiempo que considera lo hace poco práctico para diseñar una estrategia de medio
o largo plazo. Aunque el ciclo de Juglar, parecería el más apropiado, la
realidad indica que el promedio de duración que deducía no tiende a cumplirse
de modo efectivo por lo que es arriesgado ceñirse a las pautas que el mismo
fija.
En mi opinión, un modelo que
puede ser útil en la situación actual es el del ciclo de Kuznets (http://www.elblogsalmon.com/economistas-notables/economistas-notables-simon-kuznets) porque ofrece un marco de análisis que puede
ser eficaz para hacer previsiones verdaderamente útiles.
Cuando Kuznets revisó los datos
económicos para desarrollar su teoría del ciclo, dedujo que existía un ciclo
general que duraría, en promedio, en torno a los 25 años. Ese ciclo completo
estaría dividido en dos subciclos de, aproximadamente, doce años, entre los
cuales se produciría una recesión económica. Cada subciclo tendría unas
condiciones bien diferenciadas. Uno de ellos, se caracterizaría por un fuerte
dinamismo, asociado a una fuerte inversión en vivienda y en bienes de larga
duración (automóviles, electrodomésticos…), mientras que el segundo implicaría
un menor crecimiento económico, con una inversión más débil en los tipos de
bienes antes citados.
Esta tipología es útil porque,
aunque la misma no se ha ajustado perfectamente al comportamiento de las
economías desarrolladas en los últimos años, sí proporciona, con gran claridad,
las causas y motivos que llevan a que una determinada etapa de expansión
suponga un mayor o menor crecimiento del PIB. En términos generales, las etapas
de crecimiento son más largas que cuando Kuznets analizó los datos ya que las
políticas fiscal (con la utilización del déficit público como herramienta para
estimular la economía) y monetaria (ya que, desde la quiebra del sistema de
Bretton Woods en 1971, la oferta monetaria está libre de cualquier tipo de
patrón metálico y, por tanto, es libre de crecer para apagar cualquier
desfallecimiento de la actividad y, en el caso español, este patrón metálico
nunca ha sido aplicado en sentido estricto) son utilizadas deliberadamente para
mantener vivo el crecimiento. Pero, a pesar de ello, sigue absolutamente
vigente el razonamiento que explica que las tasas de variación del PIB sean más
elevadas o no en una rama del ciclo completo que en otra. Y es que la inversión
en vivienda y en bienes de larga duración (por sus efectos de arrastre sobre el
conjunto de sectores productivos) determina el mayor o menor dinamismo del
conjunto de la actividad económica. Fue, precisamente, ese motivo, una de las
causas por las que el comportamiento del PIB en Estados Unidos después de la II
Guerra Mundial fue tan ostensiblemente diferente al esperado.
En el caso de España, el modelo
de alternancia de una etapa de crecimiento más dinámica (tanto en términos de
crecimiento del PIB como de creación de empleo como de duración del subciclo
económico como de equilibrio de las variables económicas fundamentales como de
la propia estabilidad de la expansión económica vivida) con otra menos vistosa
que la anterior se ajusta perfectamente a la pauta efectivamente experimentada
desde finales de la Guerra Civil.
El siguiente gráfico refleja las
tasas de variación del PIB desde 1940 hasta 2009:
Perfil de crecimiento de la economía española 1940-2009
Fuente: INE, Maluquer de Motes, Jordi Del caos al cosmos: Una nueva serie enlazada del Producto Interior Bruto de España entre 1850 y 2000 y Velarde, Juan Cien años de economía española
Como puede verse, hemos trazado
cuatro subciclos diferentes (1940-1959, 1960-1981, 1982-1993 y 1994-2009). Si
los agrupamos en dos ciclos completos distintos (1940-1981 y 1982-2009), se aprecia,
de dos modos claramente distintos que el segundo subciclo, en cada caso,
presenta un mayor dinamismo que el primero:
Fuente: Elaboración propia.
Pero, como la duración del
segundo subciclo es más prolongada y su carácter más estable en cada uno de los
dos casos, donde verdaderamente se detecta la diferencia es en el crecimiento
acumulado en cada etapa:
Fuente: Elaboración propia
Si sigue la pauta establecida,
cabe esperar que el próximo período de crecimiento se caracterizará por su
inestabilidad y relativa debilidad. Pero lo verdaderamente importante es que
hay toda una serie de factores que hacen verosímil que ello sea así. El alto
grado de endeudamiento y la necesidad de reducirlo en términos relativos lleva
a que no quepa esperar un papel relevante del crédito bancario. La necesidad de
consolidación de las cuentas públicas sólo hará restar varios puntos a la tasa
de crecimiento. La crisis inmobiliaria actual y el inmenso stock de inmuebles vacíos no hacen pensar que se produzca un fuerte
repunte de la construcción que lleve a la misma a los niveles anteriores al
estallido de la burbuja. La pérdida de población como consecuencia de la
emigración al exterior también restará potencial de crecimiento.
En definitiva, estos elementos
llevan a pensar que, de cara a elaborar una estrategia empresarial para el
medio y largo plazo, hay que considerarla en los siguientes términos:
1.- Negocios de rotación frente a negocios de margen.- La dificultad
para mantener un determinado volumen de negocio con altos márgenes
empresariales, llevará a que se impongan
las estrategias de rotación frente a estrategias de margen. El
crecimiento de la marca blanca en los supermercados o los problemas por los que
está atravesando el lujo de gama media no son más que manifestaciones de esa
tendencia. De cara a los negocios business-to-business,
todos aquellos bienes y servicios que supongan reducción de costes y
simplificación de gestión para las empresas son los que presentarán mayor
potencial de crecimiento.
2.- Contención de costes.- La contención y optimización de costes
deberá ser una constante en la gestión empresarial. En la medida en que será
difícil trasladar vía precios cualquier subida de los costes internos de la
empresa, los mismos deberán ser sometidos a constantes revisiones y ajustes
para que no resientan ni el beneficio empresarial ni el flujo de caja.
3- Renuncia a la apelación al crédito bancario.- Si el endeudamiento
bancario ha sido la vía tradicional de financiación empresarial, otras fórmulas
alternativas deberán ser desarrolladas ante las previsibles restricciones que
el crédito bancario va a seguir teniendo en el futuro. El capital-riesgo,
diversas fórmulas de desintermediación, es decir, el contacto directo entre
empresas e inversores para la captación de recursos (al modo de Estados Unidos
y Gran Bretaña) o el crecimiento del Mercado Alternativo Bursátil y del Mercado
Alternativo de Renta Fija son tendencias que caben esperar en el futuro.
4.- Internacionalización para resolver problemas de capacidad.- Ante
problemas de exceso de capacidad, las empresas deberán buscar en mercados
externos el negocio necesario para cubrir el mismo, ya que el mercado interior
presentará problemas para apelar al mismo de manera exclusiva.
5.- Mecanismos de cooperación empresarial.- Cuando las empresas, en
solitario, no puedan afrontar los procesos antes descritos, deberán recurrir a
la formación de joint-ventures,
consorcios de exportación, consorcios de I+D, consorcios de formación,
centrales de compras, etc., con el fin de resolver conjuntamente aquellos
problemas que no puedan ser afrontados aisladamente.
Muchos de estos elementos
supondrán un cambio importante en la cultura corporativa de la mayoría de las
empresas y una transformación sustancial en la mentalidad de los directivos.
Sin embargo, tenemos ejemplos que demuestran que aquellas firmas que afrontaron
con la suficiente anticipación los cambios a realizar han visto cómo su
estrategia les permitía remontar con éxito los efectos de la crisis. Los
ejemplos de Mercadona (http://www.lavanguardia.com/economia/20090306/53653612153/mercadona-quiere-rebajar-los-precios-hasta-un-17.html)
o Inditex (http://www.esic.edu/documentos/esicpress/archivos_download/inditex.pdf)
así lo atestiguan.
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