BALANCE DE CUATRO AÑOS DE LEGISLATURA (y III)



En las dos anteriores entradas, hemos visto que el período 2011-2015, en términos de política económica, se ha caracterizado por el mantenimiento de un elevado déficit público, producto de la ausencia de un conjunto de medidas verdaderamente racionalizadoras del gasto de las diferentes administraciones, por la continuidad de un modelo productivo rígido y encorsetado, claramente inadecuado para competir en el actual entorno globalizado con actividades de alta creación de valor añadido intensivas en capital y tecnología en vez de ser intensivas en mano de obra, y la persistencia de numerosos problemas del sector financiero a pesar de los sucesivos planes de ajuste llevados a cabo (esta noticia publicada el pasado 12 de diciembre de 2015 lo confirma: http://www.elconfidencial.com/empresas/2015-12-12/la-banca-espanola-afila-el-cuchillo-fusiones-cierre-de-oficinas-y-despidos-para-2016_1118791/).

Como consecuencia de todo ello, no es de extrañar que en los últimos tiempos hayan aparecido dos datos que dejan bien a las claras en qué condiciones se va a desarrollar el desenvolvimiento de la economía española en los próximos años.

El primero, apareció en el Informe Anual 2014 del Banco de España, publicado en junio de 2015, cifraba el crecimiento potencial actual de la economía española en una tasa ligeramente por encima del 1,5% (frente al 2% que se calculó en el año 2009 y el 2,9% que se preveía antes del inicio de la crisis).


(Pinche sobre la imagen si quiere verla ampliada)

Fuente: Banco de España


Como se ve, la baja cifra de crecimiento esperada está en consonancia con la también reducida que se ha calculado para el conjunto de la Unión Europea, al igual que su tendencia descendente desde 2009.

Por otro lado, una estimación de la Comisión Europea cifra la tasa de desempleo estructural en el 18,5% de la población activa (http://www.elconfidencial.com/economia/2015-12-09/el-desempleo-se-hace-cronico-el-paro-estructural-supera-el-18-de-los-activos_1116014/). Ello significa que, con independencia de la tasa de crecimiento económico alcanzada, el desempleo no va a descender por debajo de ese porcentaje.

Estos dos datos tienen una serie de implicaciones que afectan tanto a la valoración de las medidas de política económica adoptadas en el pasado como las expectativas de cara al futuro:

1.- Está claro que la política económica puesta en marcha desde que comenzó la crisis ha sido absolutamente ineficaz de cara a reactivar el crecimiento. Los factores que hemos apuntado en los dos posts anteriores, que revelan que no se han afrontado los principales problemas de nuestra economía, explican las principales carencias de las medidas ejecutadas.

2.- Por otro lado, teniendo en cuenta el complicado punto del cual partimos (alto desempleo, elevado endeudamiento público y privado, debilidad económico-financiera de muchas empresas – al caso de Abengoa, comentado en la entrada anterior, debemos sumar las dudas que han empezado a aflorar en otras como Isolux - http://www.elconfidencial.com/empresas/2015-12-11/isolux-retrasa-los-pagos-por-la-falta-de-liquidez-y-hace-saltar-las-alarmas-en-la-banca_1117859/ - o ACS - http://blogs.elconfidencial.com/mercados/valor-anadido/2015-12-09/acs-en-el-disparadero-hedge-podria-valer-un-80-menos_1116582/ - ), el bajo crecimiento esperado y la alta de desempleo estructural no van a permitir resolver la mayoría de los problemas que actualmente padecemos.

En definitiva, la situación actual sólo es positiva gracias al repunte del crecimiento que se ha producido en 2015 por una serie de factores coyunturales (caída del precio del petróleo, política monetaria expansiva del Banco Central Europea, momentánea ganancia de competitividad conseguida por el fuerte proceso de deflación de precios y salarios que el ajuste a la crisis ha originado, fin de los recortes de gasto realizados por el gobierno) que, a medio plazo, van a quedar agotados.

En este punto, no convendría de más recordar el esquema de política económica que propuse en 2012 (http://eldedoeneldato.blogspot.com.es/2012/07/el-gran-recorte-no-me-llames-rescate_25.html) y que, en gran medida, continúa siendo válido:




Este conjunto de medidas las dividía en dos bloques claramente diferenciados:

A.- POLÍTICAS DE SANEAMIENTO.

A.1.- PRESUPUESTO BASE CERO.- Se trataría de optimizar el gasto público de todas las Administraciones, definiendo con precisión cuáles son los objetivos de interés general que pretenden satisfacer todos los programas de gasto, eliminando aquellos programas que no correspondan a objetivos prioritarios o que se hayan mostrado ineficaces para conseguir los objetivos propuestos y, racionalizando, en suma, toda la estructura del sector público.

A.2.- SANEAMIENTO INTEGRAL DEL SISTEMA FINANCIERO.- Aflorando todas las pérdidas latentes en las entidades, recapitalizándolas con los recursos aportados por la asistencia financiera de la UE, pero, simultáneamente, dando dos pasos que no se han tomado con decisión hasta la fecha: cesando a todos los directivos que, en su gestión, hayan causado quebrantos sustanciales a sus entidades  (medida para la cual está plenamente facultado el Banco de España) y aprobando la normativa necesaria para que no se vuelva a repetir el proceso que dio lugar a la burbuja inmobiliario-financiera. El objetivo de todo ello sería el posibilitar el restablecimiento de los flujos de crédito en nuestra economía, con el fin de conseguir su reactivación. (Respecto al primer punto, la mayor parte de las pérdidas latentes ya han sido afloradas por lo que aplicar criterios más estrictos para computar todos los quebrantos es, a día de hoy, mucho más factible. En relación al segundo punto, habría que intensificar los procesos judiciales iniciados y estimular desde el gobierno a la fiscalía para que adopte una actitud proactiva en la depuración de responsabilidades. En relación al tercero, nada está planteado y sería prioritario poner en marcha la reforma normativa. En la situación actual, además, habría que aprobar medidas para reforzar los derechos y la protección de los usuarios de servicios bancarios ante el fuerte proceso de concentración que se está dando y que amenaza con agudizarse en los próximos años.)

B.- POLÍTICAS DE DINAMIZACIÓN ESTRUCTURAL

B.1.- MEDIDAS DE CHOQUE.- Exención de las cuotas de la Seguridad Social a autónomos que se hayan dado de alta por primera vez en el sistema, bonificación en el pago de cuotas por la contratación de personas en situación de desempleo, exención total de impuestos en la creación de nuevas empresas, exención de impuestos a la hora de realizar nuevos proyectos de inversión, bien en la instalación de nuevos negocios bien en la ampliación de los ya existentes…

B.2.- MEDIDAS DE AGILIZACION ADMINISTRATIVA, DE ELIMINACIÓN DE TRABAS BUROCRÁTICAS Y DE REDUCCIÓN DE LOS COSTES DE TRANSACCIÓN.- Eliminación de trabas administrativas y burocráticas para la creación de nuevas empresas, implantación total de la Administración electrónica, implantación del principio de “a una transacción, un tributo (como máximo)”, eliminación progresiva de la tributación sobre compraventas de bienes que ya han tributado con anterioridad, implantación de protocolos para reducir el impacto de la realización de obras públicas en entornos urbanos…

B.3.- POLITICA DE FOMENTO DE LA COMPETENCIA EN SECTORES PROTEGIDOS.- Favorecer la competencia en sectores clave como la producción y comercialización de energía eléctrica, la distribución de gas y de productos derivados del petróleo y la distribución comercial, entre otros, con el fin de favorecer una reducción de precios y unos menores costes para todo el sistema económico.

Este esquema que, en su mayor parte, hubiera sido necesario ejecutar hace muchos años, sigue estando pendiente. Y el paso del tiempo no ayuda a facilitar la adopción de estas medidas y, lo que es más grave, reduce el impacto positivo que las mismas podrían alcanzar. El próximo gobierno, por tanto, tendrá que enfrentarse a retos importantes y de calado, cuyas soluciones van a ser complejas y que van a tardar varios años en materializarse y en generar efectos claramente visibles para la ciudadanía. En consecuencia, será necesario que ejerza un liderazgo sólido, capaz de implantar medidas con rapidez y de desarrollar una eficaz política de comunicación que sepa explicar la motivación de las mismas y argumentar las razones que las justifican. Dados los antecedentes de los gobiernos españoles de los últimos diez años, no es pedir poco.



Comentarios