Encontrar en economía un dato que
resuma por sí mismo toda una situación es, la mayoría de las veces, casi
imposible. Sin embargo, hay ocasiones excepcionales en las que basta un gráfico
o una tabla para resumir las consecuencias de unas circunstancias y las causas
de un conjunto de problemas. Les adjunto, a continuación, los datos sobre el
incremento anual de la productividad media en el período 1999-2005 de los
países de la zona euro, los cuales aparecen en la obra del profesor Juan
Velarde Fuertes, Cien años de economía
española:
En el período considerado, la
productividad media descendió en España al ritmo de un 1% anual, frente a un
crecimiento del 0,7% en la zona euro. De hecho, nuestro país aparece en el
último lugar del ranking, estando el
resto de países con valores superiores al resultante en España. Partiendo
únicamente de estos datos, podríamos escribir un tratado completo sobre los
males que aquejan a nuestra economía:
1.- DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LAS CAUSAS DE ESTAS CIFRAS.-
Hablaríamos de la situación de la educación (con los resultados progresivamente
peores obtenidos en los sucesivos Informes Pisa: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/12/07/espana/1291713808.html
y http://www.pisa.oecd.org/dataoecd/10/61/48852548.pdf),
de las deficiencias de nuestra I+D, de los defectos competitivos de nuestra organización
empresarial…
2.- DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LAS CONSECUENCIAS.- A partir
de esta evolución de nuestro aparato productivo, se puede comprender que el
mismo se oriente hacia sectores que, a la hora de competir, no influya el
comportamiento de la productividad: la construcción, el turismo, el sistema
financiero… De ahí, también el síndrome del “mileurismo” que afecta a buena
parte de los salarios de este país. De ahí, también el menor peso de las
exportaciones sobre el PIB que la media de la zona euro:
Fuente: EUROSTAT
Para atajar el problema de raíz,
habría que desarrollar un plan integral de mejora de la calidad del sistema
educativo, potenciar el estudio de carreras de carácter técnico, fomentar una
I+D orientada a la aplicación práctica de sus resultados, reformar la
legislación para favorecer el inicio y expansión de la actividad emprendedora…
¿Cuál es el gran obstáculo para ello? No se engañen: las implicaciones de estas reformas serían las de un cambio en el reparto del poder en nuestro país. Y
quienes, ahora, disfrutan de alguna parcela del mismo (mayor o menor), dejarían
de disfrutarla si generamos un entorno flexible, dinámico, competitivo y libre
de trabas burocráticas e intervencionistas: políticos que se presentan a sí
mismos como garantes del bienestar (?) de la ciudadanía, directivos de grandes
corporaciones cuyos beneficios se obtienen del abuso de su posición dominante
en el mercado, grandes cantores de los logros científicos y técnicos obtenidos (en
un país en el que nadie nacido después de la Guerra Civil ha ganado un Premio
Nobel) y propagandistas de toda esta pléyade de benefactores... Los cambios
implantarían en España una auténtica meritocracia y ello es molesto para
quienes, sin los méritos suficientes, disfrutan en la actualidad de una
posición privilegiada. Mientras tanto, todo sigue igual para que nada cambie…
José Manuel, como puede explicarse la situación actual de Grecia que en la tabla encabeza el aumento del indice de productividad. ¿Amañarian también esos números?
ResponderEliminarLa cuestión admite dos puntos de vista:
ResponderEliminar1) El primero, sería: Si Grecia, con el crecimiento de productividad que experimentó en la época de expansión, está como está, ¿cómo puede estar (o llegar a estar) España? La clave, desde esta perspectiva, está en la dimensión de la economía española: nuestro tamaña provoca que no nos puedan dejar caer. Una economía de menor dimensión, en nuestras circunstancias, hace mucho que hubiera sido ya rescatada.
2) Desde el punto de vista de limitar a Grecia el análisis, yo diría que su problema se centra, fundamentalmente, en su sector público y en la cultura fiscal existente: exceso de funcionarios y de dimensión de la Administración y evasión de impuestos en su máxima expresión, lo cual llevó a un brutal desfase presupuestario. A pesar de ello, parece que sí aprovecharon, en cierto modo, las ventajas de la unión monetaria en cuanto a inversiones productivas. Observemos que la productividad mide dos variables: producción y empleo. Lo que los datos indican es que el empleo creció menos que lo que lo hizo la producción, con independencia de que esta última creciera más o menos...